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viernes, 19 de febrero de 2010

Vida en común

Un cuento que escribi hace unos meses; espero que no les de flojera leerlo y pues me dejen sus opinión.

Saludos

En un pequeño café estaba sentado un chico delgado de cabello lacio y con una mirada inquieta, que usaba el nombre de Arturo desde hacia casi veinticinco años, miraba con ansiedad hacia la puerta, esperando la llegada de su cita. Esta no era una cita romántica, estaba esperando a su amigo, necesitaba contarle todas sus penas a su mejor amigo. Tal vez Sergio le pudiese ayudar con su problema, llamado “Beatriz”.
Sergio llego tarde, se disculpo con su amigo y pidió una taza de café.
—¿Qué pasa cabrón? ¿Para qué me querías ver?—Sergio sonrío.
—Mira…—Sergio lo interrumpió
—Si es para declararte, creo que no será posible, ya sabes Bettyyyy no va aceptarlo.
—No mames, ese no es el tema bueno… sí, es sobre Betty.
— ¿Qué pasó? ¿Problemas con la mujer ideal?
—Sí. —Contestó resignado
Sergio comenzó a reírse molesta y sonoramente y Arturo quiso golpearlo.
—Ok ¿me vas a ayudar o te vas a reír de mí?—Arturo estaba apunto de ponerse a llorar, se tallo los ojos y Sergio se dio cuenta de que lo que pasaba no era lago normal; dio un respiro y asintió con la cabeza.
—Cuéntamelo —Sergio estaba intrigado.
—La odio, deseo dejarla— Arturo contuvo su ira para no gritar.
—Ora ¿por qué? ¿Te puso los cuernooos? ¿Ya te aburristeee?—Sergio exageraba el tono de su voz y Arturo se sentía molesto.
—No, no, es el ser vivo más horrible que pueda existir sobre la faz de la tierra.
— Jaja, ¿qué tiene ella? ¿No que era tú amor verdadero, tú vieja ideal y no se cuanta mamada dijiste para convencerte y convencerme de que debías vivir con ella y estar juntos para siempre?
—Lo sé, pero es que nunca supe bien a bien con quien iba a vivir, creo que fue la emoción del momento un estado de total apendejamiento.
—Pendejo, yo te dije: mejor esperarte” y tú: “no, no, quiero estar con ella”, eso te pasa por caliente. En fin ¿qué tiene Betty?
—Ya te lo dije, es el ser más horrible, eso no es una mujer es una especie de pordiosero con apariencia de mujer.
—jaja ¿Cómo?
—Mira en la primera semana después de mudarnos me di cuenta de algo ella jamás había limpiado el departamento…
—Ay amigo, ¡que machista eres pobre mujer!—Sergio le hecho una mirada de mamá regañona.
—No, mira acordamos limpiar el departamento por turnos, yo preparaba y recogía lo del desayuno y tendía las camas, ella debía de hacer de comer y lavar los trastes, en fin todo estaba planeado para que los dos trabáramos en conjunto.
— ¡Que modernos! ¡Que liberales! Entonces ¿Por qué fallo?
—Porque ella es una huevona de primera, una desobligada y sucia—Arturo casi llora de nuevo.
—Ora; sólo porque no lavó unos trastes es casi un marrano. ¡Que exagerado eres Arturito!
—No soy exagerado, ella, ella es fatal, sospecho que no se baño en una semana y además siempre me encuentro ropa sucia por todas partes y en la ropa sucia siempre hay restos de comida. El otro día llegue y estaba durmiendo en el piso, según porque la recamara olía “raro”
—¿ Dejaste tus calcetines usados en la recámara?
—No, ¿sabes por qué olía raro?—Arturo miraba a su amigo lleno de ira.
—No, carnal no sé porque.
—La niña dejo comida debajo de la cama y esta comenzó a pudrirse. Era media sandía roída, leche y además jamón ¡verdeeeeeee, verdeeeee!
—Bueno creo que tienes razón.—Sergio comenzó a asustarse
— ¿Crees? la tengo.—dijo Arturo exasperado.
— Bien tienes razón.
—Sabes que es lo que más me ha conmocionado.
—¿Qué? Dime.
—A ella le gusta la pornografía, casi me muero cuando lo descubrí.
—Ah no mames, ¿cómo es posible? Ella siempre se ve tan recta y decente.
—Sí, un día estaba buscando un libro y no lo encontraba, lo busqué por toda la casa, nunca encontré el maldito libro, pero mientras buscaba detrás del sillón me encontré una caja de DVD y pues…
— ¿Wué?
—Ahí decía XXX y pues me sacó de onda.
— ¿Qué te dijo ella?
—Le pregunte y así sin más me dijo, “simplemente me gusta y ya”
—ja ja ja, no manches eso debió de haber sido genial, de verdad que mujer fuiste a escoger. Esas mujeres no son para ti.
—¡Ah! y eso no es todo, ves que te dije que creo que no se baño en una semana, pues me di cuenta un día que lo íbamos a hacer…
—jajaja—Sergio interrumpió a su indignado amigo— ¡Qué asco!
—Lo sé mejor le dije que estaba cansado y huía al baño a vomitar.
—¿Qué nunca te diste cuenta? ¿Qué no ya te la había echado antes?—preguntó Sergio con gran curiosidad.
—Sí, pero antes ella era diferente, creo que fingía, era muy limpia y siempre arreglaba. Es muy bonita pero creo que no puedo convivir con un ser tan sucio.
—Y con eso de que tú eres un obsesionado por la limpieza.
—Oye carbón yo no soy ningún obsesionado.
—Lo que tú digas. ¿Y qué planeas hacer?
—No sé, bueno sí, pero no estoy seguro. La quiero dejar pero en realidad no tengo una razón.
—¿Cómo que no? Es una mujer asquerosa—Sergio saco la lengua y puso cara de asco.
—Ese es el problema no quiero llegar y decirle “Eres una puerca, me largo de aquí”
—De hecho sí puedes, es una buena razón o también le puedes salir con el clásico no eres tu soy yo, o el creo que necesitamos tiempo, ¡que se yo! escoge el pretexto que te guste.
—Ah creo que sí, aunque también puedo huir como cobarde.
—Ora no mames, eso no se hace, se un hombre o algo así.
— ¡Oye! —Arturo se levanto de mesa—Cálmate pendejo que no estoy para escuchar tus bromitas.
—Bien pero también cálmate tú. ¿Tienes adonde ir después de abandonará tu mujer ideal?
— ¿Se te olvido que les dije a mis padres “nunca volveré a esta casa del diablo?
—Cierto, eres un idiota, ahora no tienes a donde ir.
—¿ Y si la corro de la casa?
—¿Bajo que pretexto?, solo que la encuentres en “brazos del señor de la basura ” o algo así, pero por lo que veo tu no tienes mucha suerte.
—Lo sé—Arturo suspiro—¿Qué hora es?
—Mm las seis treinta—Dijo Santiago después de ver el reloj que estaba a espaldas de Arturo.
—Mierda, ya vámonos, es tardísimo.
—Pues pide la cuenta y nos vamos.
Arturo la pidió y Sergio dejo que su amigo pagará todo bajo el pretexto de haber tenido que escuchar a una vieja chillona. Salieron del café y Sergio tuvo una idea:
—Ya sé dile que eres gay—Sergio sonreía triunfalmente.
—Ja-ja ella no creería eso sabe que he tenido muchas novias, creo que ella se sentía muy feliz porque ella me había logrado “domar”—Arturo saco la lengua en señal de disgusto.
—Cierto, querido y apestado amigo.
Sergio se despidió de Arturo dos cuadras más a delante, ya que ahí estaba la parada de su microbús. Arturo camino otras cinco calles y se detuvo frente a un edificio de departamentos y subió la escalera hasta le tercer piso y abrió la puerta del departamento doce. Cuando iba entrar una vecina lo llamo:
— ¡Joven!—Era la vecina de enfrente.
— ¿Qué pasó?
—Se llevaron a la señorita.
— ¿cómo a donde? —Por la mente de Arturo pasaron tres lugares, el manicomio, el hospital o un baño para quitarle ese asqueroso olor.
— Al hospital, parece que se intoxico con algo que comió.
—¡Dios mío!—Arturo salio corriendo, se sentía en parte feliz en parte angustiado
Resulto que Beatriz se había tomado todo un cartón de leche caduco, se había hinchado como globo y además tenía diarrea. Los médicos detectaron que tenía una dermatitis aguda y que además para impacto de Arturo tenía piojo; pero lo cual cuando llego a la casa tiró todos los peines y artículos para el cabello tanto propios como de Beatriz.
Los médicos le aseguraron a Arturo que ella estaría bien solo necesitaba ser más limpia y cuidadosa con su persona. El la visito una sólo vez en el hospital y después nunca regreso, no quería estar junto a un ser tan desagradable. En esa ocasión le dijo que quería terminar con ella que no le había gustado vivir en pareja y que esperaba que se curara. Le regalo una caja de jabones y un shampoo antipiojos y se fue.
Beatriz conoció a un enfermero y al poco tiempo comenzó a salir con el. Ella regreso a casa de sus padres y Arturo regreso a su departamento y se puso unos guantes, un delantal y procedió a limpiarlo; por fin supo que era lo que hacía que la cama despidiera ese olor tan extraño, había una rata muerta dentro del colchón. Saco toda la pornografía, tardo casi todo el día pero al final valió la pena, la casa estaba hermosa y olía a limpia pisos de lavanda.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

mujerzillaaa.... huir no ziempre ez impozible... zolitoz noz atamoz... ziempre hai una forma de huir.. aunque zean unaz horaz.. en una biblioteca... al lugar donde qieraz... ziempre hemoz zido librez... zoloz noz atamoz por guzto i plazer talvez mazoquizmo.... io me voi... para poder volver i encontrar a la chica que me quiera =)