No me rindo lucho por no perderme, por soñar, ya no lo hago por amar, eso es inútil, amo neoplatónicamente.
Te quiero, yo no sé si lo que intento crecerá, si mis esfuerzos darán una nueva canción tal vez más feliz o solo sea nada.
Los dioses se mueren y todo cae sobre mí, siento que esforzarme no servirá, pero me pongo el labial de las mentiras y digo sí puedo hasta convencerme de que sí tal vez todo mejore.
Ya no espero las palabra mágicas; decidí vivir, y todo se arregla solo pero creo que no se puede es mi destino y me negare me contradiré como lo que soy un romántico empedernido; esperé mañana será cuando deje de engañar.
Todo retumba en mi cabeza números mágicos, un archiduque que muere y provoca una guerra, una clase que amo, un mundo que se destruye y se reconstruye, las caras falsas, los sentimientos confusos, unas rayas blancas y unos escarabajos me hace compañía en mi mente hecha caos y jamás orden. Por siempre perdida pero con rumbo.
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